Corridas, escupitajos y agresiones a ministros de Scioli luego del encuentro con docentes - MUNDO NORTE

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20/03/14

Corridas, escupitajos y agresiones a ministros de Scioli luego del encuentro con docentes

Los funcionarios del gobierno bonaerense se retiraron entre forcejeos, gritos y la ministra de Economía, Silvina Batakis resultó agredida con una piedra. A un funcionario lo tironearon de la camisa. Al repudio del Gobernador se sumó el de las propias entidades gremiales.

Por la mañana, la sede de la Defensoría del Pueblo bonaerense, ubicada sobre la Avenida 7 entre 48 y 49, arteria principal de la ciudad de La Plata, agitó su cotidianidad por la reunión que tuvieron los gremios docentes con funcionarios provinciales, en la mediación que llevó a cabo Carlos Bonicatto. En el primer encuentro de las 10 de la mañana, la puerta del lugar estaba solo concurrida por una gran cantidad de periodistas y camarógrafos que fueron a la cubrir el evento. Lo demás era la cantidad de transeúntes que todos los días transitan por esa zona.
Tanto el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, la directora General de Educación, Nora De Lucía y su colaboradores llegaron y se fueron a pie de la sede de la Defensoría, como así Roberto Baradel (Suteba) y Mirta Petrocini (FEB). Al término del encuentro, sólo un pequeño grupo de docentes enrolados a Suteba La Plata (opositora a Baradel) se apostó en el lugar y lanzó gritos hacia la ministra de Educación: “Mentirosa, andate”, exclamaron algunas voces.
Los augurios parecían provechosos, ya que los gremios docentes y funcionarios provinciales acordaron mantener una reunión técnica salarial por la tarde, después de las 13:30, con dos ministros bonaerenses más: Oscar Cuartango (Trabajo) y Silvina Batakis (Economía)
A esa hora, el panorama ya era distinto al de la mañana. En las puertas de la Defensoría, numerosos docentes identificados con pecheras de Suteba, La Plata, CTA, CTERA y La FEB se apostaron sobre la vereda y con megáfonos y cánticos pedían por aumentos y lanzaban duras críticas contra Daniel Scioli y De Lucia. Sin embargo, el panorama no distinto cualquier otra movilización gremial.
Sin embargo, la situación acrecentó su extrema tensión, cuando los funcionarios provinciales salieron de la sede de la Defensoría y algunos de los manifestantes que estaban en la vereda se acercaron y empezaron a lanzar insultos sobre los ministros. En su mayoría, estas personas que siguieron de cerca el caminar de los funcionarios de Scioli no llevaba puesta una pechera identificatoria, pero si banderas con consignas en contra del Gobernador.
Los segundos se tornaron violentos, los manifestantes siguieron a los funcionarios a pocos metros en medio de gritos, insultos y escupitajos. En un momento, un joven se acercó de manera violenta a un ceremonial de Alberto Pérez y lo forcejeó y le rompió la camisa. El dato, es que ese muchacho está en situación de calle y es conocido por los taxistas platenses por apostarse cerca de la parada del Cine San Martín a pedir monedas a los pasajeros. La interrogante es saber qué hacía ese adolescente con los manifestantes.
Metro a metro la tensión siguió en aumento, en la esquina de 7 y 49, los funcionarios aceleraban el paso y al cruzar la calle Batakis recibe un piedrazo en uno de sus muslos. Sin detenerse ni reaccionar, los ministros bonaerenses siguieron caminando por la vereda de 7, doblaron en la esquina de 50 (dónde está el Pasaje Dardo Rocha), caminaban sin mirar atrás, los manifestantes los seguían de cerca, a los gritos e insultos. La Gobernación (calle 6 entre 51 y 53), a unos 250 metros aún.
La tensa travesía siguió por la calle 6 hasta doblar en la calle 51, la escena era la misma: funcionarios bonaerenses acelerando el paso, manifestantes siguiéndolos de cerca lanzando insultos. A pocos metros de una de las entradas laterales de la Gobernación Bonaerense, la escena era la misma, pero poco a poco y uno por uno, finalmente los enviados de Scioli a la Defensoría lograron entrar al edificio gubernamental, mientras los manifestantes detuvieron su marcha en las rejas del lugar y lanzaban sus últimos gritos e insultos. 

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