El senador Sebastián Galmarini visitó anoche a Christian Cufre, vecino de Boulogne que quedó parapléjico tras el ataque de dos motochorros que intentaron robarle el auto en la puerta de su casa, ubicada en Alcorta y Pago Largo. Al joven de 42 años le efectuaron 10 disparos, uno de los cuales atravesó su cuerpo y afectó dos vértebras.
“Fue un robo al voleo, estaba hablando por teléfono con mi mujer y salí a fumar un cigarrillo, estábamos preparándonos porque nos íbamos de vacaciones. Eso fue el 21 de enero de 2013. En lugar de eso, estuve internado en terapia intensiva durante 5 meses. Me cambió la vida. No tengo laburo, mi mujer tampoco y mi mamá es jubilada. Mis hermanos me ayudan en lo que pueden”, le contó Christian al legislador.
Christian trabajaba en una agencia de autos, actualmente algunos amigos y conocidos les dan sus vehículos para que los venda por Internet, “pero el negocio está muy planchado”, comentó. “Cobro una pensión que tardó casi más de un año. Cobro casi 3000 pesos mensuales, hace unos cuatro meses”.
El senador provincial se comprometió a seguir las gestiones para que PAMI cubra el medicamento que Christian necesita para evitar las infecciones urinarias a las que es propenso y la operación para colocarle el neuroestimulador que elimine el dolor que siente permanentemente en los brazos, lo que le dificulta movilizarse en su silla de ruedas.
La madre de Christian criticó duramente al sistema de salud de San Isidro. “En el hospital lo abandonaron porque no tuvo la atención que necesitaba”. Tras el asalto, Cufre fue trasladado de urgencia al Hospital de Boulogne y, desde allí, al Central de San Isidro.
El hecho nunca fue esclarecido. “En la Fiscalía no hicieron nada, jamás nos llamaron para decirnos nada. Me parece que se portaron re mal, ¿cómo no van a venir a avisar algo?”, cuestionó la madre de Cufre.
Al respecto, Galmarini opinó: “uno de los problemas que tenemos en el sistema judicial es la incapacidad para ponerse en el lugar de la víctima del delito. Se supone que el fiscal es quien debe empujar la investigación judicial, mientras el imputado tiene al defensor oficial y el juez se mantiene imparcial, pero más allá de la investigación judicial, el Estado debe estar presente a la hora de atender las secuelas que producen estos hechos trágicos en la vida de las familias”.
“Yo necesitaba la atención de un neurocirujano, que era Fontana, el jefe de Cirugía. No siguió mi caso y vino otro médico y me dijo: no podés caminar más, y listo. Me mandan a casa después de 5 meses de internación. Averigüé, me tendrían que haber descomprimido la médula y no lo hicieron. En neurocirugía me dejaron abandonado. Y urología no tuve nunca. Tampoco me derivaron a ningún centro de rehabilitación”, denunció Christian.
“Pedí ayuda en Acción Social, a Posse le mandamos una carta… Nunca apareció nadie. No hicieron nada. La gestión por la rampa la hicimos por conocidos, el ex concejal Daniel Giovanelli, encima le faltan dos caños y me puedo caer. Pusieron las barandas de la rampa a un metro diez, y me puedo caer”, agregó Christian.
