Qué es y cómo gestionar la fatiga pandémica? por Marina Rovner - MUNDO NORTE

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20/04/21

Qué es y cómo gestionar la fatiga pandémica? por Marina Rovner

Un año atrás, el miedo de no saber qué iba a suceder en torno al Covid-19 nos paralizó. La cuarentena surgió como la alternativa para extremar los recaudos y la población aceptó restringir gran parte de su vida social (afectiva, laboral, educativa, recreativa) en pos de la salud.

Según la OMS, la Fatiga Pandémica, está afectando a un 60% de la población


La incertidumbre se convirtió en la protagonista no deseada, con muchas preguntas y sin respuestas claras: “Conozco una persona que no salía, se cuidaba un montón y se contagió igual”. “Cómo puede ser que sentado en la mesa mientras tomo un café charlando con alguien no me contagio y caminando sólo por la calle, me tengo que poner el barbijo?”

A estas alturas de la pandemia la mayor parte de nosotros sentimos una sensación de cansancio, tristeza y/o hastío por la situación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que estos estados anímicos llevan a una desmotivación denominada “Fatiga pandémica” que dificulta seguir las conductas de protección recomendadas. Su aparición es gradual y está afectada por diversas emociones, experiencias y percepciones. Además, se ve influenciada por el contexto social, cultural, estructural o legislativo.

Según la OMS, la Fatiga Pandémica, está afectando a un 60% de la población europea incluyendo síntomas de depresión y de ansiedad con preocupaciones recurrentes, nerviosismo, trastornos alimentarios o problemas de sueño. Es importante tener en cuenta que este estado anímico es una respuesta natural y esperada a una crisis prolongada. Aunque la vivamos o etiquetemos como “negativa” tiene que ver con una reacción sana del cuerpo ante situaciones de estrés.

Formas de gestionar el bienestar durante la nueva cuarentena

Adultos:

  1. Identificar los pensamientos negativos y catastróficos: “Esto no se termina más”. “Ya no tengo fuerzas”. “No sirve para nada todos los cuidados”.

  2. Revisarlos y focalizar en ser proactivo: “Si me quedo rumiando mis pensamientos no logro nada, qué puedo hacer hoy para cambiar de actitud, aunque sea mínimo”.

  3. Encontrar una frase que, al repetirla, recuerde que no todo es tan malo o que no todo tiene por qué ir mal.


Adolescentes:

  1. Cuestionar las ideas preconcebidas. Si los pensamientos rondan en: “Me voy a aburrir, otro año perdido, me voy a quedar sin amigos” es porque está invadiendo la angustia o la ansiedad.

  2. Centrar la acción en el presente y en el futuro más inmediato: “Me voy a cuidar y a mis seres queridos, voy a hacer la tarea del colegio al aire libe con amigos, nos juntaremos con las reglas del protocolo a charlar, reírnos y hasta podemos encontrarnos para hacer deportes o actividades recreativas”.

  3. Los padres deben estar atentos a las señales de retraimiento y aislamiento hacia los demás, cambios en los patrones de sueño o alimentación, uso de sustancias, apatía y pensamientos suicidas. La detección a tiempo de la ansiedad y de la depresión conducen a una intervención temprana y mejoran los resultados del tratamiento.

Niños:

  1. No incentivar los miedos de una manera exagerada. Es preferible educarlos para establecer vínculos desde el cuidado, que privarlos de espacios comunes al aire libre para compartir con otros chicos.

  2. Incorporar el juego creativo: es un elemento clave para estimular el aprendizaje y su desarrollo afectivo.

  3. Si los niños fastidian, guiarlos proponiéndoles algún cambio en su rutina. Tener en cuenta que ellos aún no han tenido tiempo de aprender acerca del manejo de la frustración.


No todo el balance de los efectos de la pandemia sobre la población es negativo: hay muchas personas que, a partir de la pandemia, han valorado situaciones y se han llegado a conocer en profundidad, mejorando vínculos e incorporando el respeto por el punto de vista del otro. La flexibilización mental de las ideas es una herramienta fundamental para ir construyendo con nuevas pautas, propuestas más dinámicas en relación al futuro.

Si la fatiga pandémica llegara a convertirse en una situación de crisis persistente llegando a ser incapacitante y persistente en el tiempo, se recomienda no auto medicarse y acudir a un profesional especializado.


Marina Rovner

Especialista en crisis de ansiedad, fobias y pánico

Licenciada en Psicología. Magíster en Comunicación y Cultura

Profesora Titular Universidad Abierta Interamericana

www.marinarovner.com 

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