Máximo Marcelo Torcuato
de Alvear Pacheco nació el Domingo, 4 de octubre de 1868.
Hombre culto y muy inteligente, estudió derecho en Buenos Aires, graduándose en 1891, y completó sus estudios en Europa. Fue amigo de Hipólito Yrigoyen y, por afinidad de ideas, había estado ligado a él desde poco antes de la Revolución del Parque en 1890.
Alvear tenía su propia personalidad, sus gustos y
un carácter opuesto en muchos aspectos; uno era introvertido y el otro
totalmente comunicativo, con una visión más amplia de los problemas y una mente
más variada, con grandes inquietudes intelectuales y políticas.
De joven Alvear se encargó de la organización del mitin en el Jardín Florida el 1 de septiembre de 1889, reunión en la que se funda la Unión Cívica de la Juventud que presidiría Francisco A. Barroetaveña, la cual dos años más tarde se transformaría en la Unión Cívica Radical.
Participó en la Revolución del Parque y fue uno de
los firmantes del manifiesto del 2 de junio de 1891, que fundó la Unión Cívica
Radical.
De activa militancia en la Unión Cívica Radical
desde sus inicios, aunque con perfil bajo, participo de las revoluciones de
1890, 1893 y 1905 donde comenzó su estrecha relación con Hipólito Yrigoyén que,
a pesar de las diferencias que los enfrento políticamente en los últimos años,
perduro hasta la muerte del viejo caudillo con reuniones frecuentes en los
comités.
También fue electo como Diputado Nacional por la
Capital Federal (1912-1916) y posteriormente por la provincia de Buenos Aires
(1916-1920) renunciando a fines de 1916 para asumir como Embajador argentino en
la República de Francia, cargo para el que fue designado por el Presidente
Hipólito Yrigoyen y que ejercería hasta poco tiempo antes de sucederlo en la
presidencia.
Fue presidente de la República Argentina entre 1922
y 1928.
En la Presidencia de Alvear se sancionaron algunas
leyes de previsión social (jubilaciones de bancarios y maestros), se reglamentó
el trabajo de las mujeres y de los menores, se estableció el pago de los
salarios en moneda nacional, etcétera. Se creó la Dirección General de
Yacimientos Petrolíferos Fiscales, a cuyo cargo fue puesto el ingeniero Enrique
Mosconi. El coronel Agustín P. Justo, ministro de Guerra, renovó el antiguo
material bélico y dispuso establecer la primera fábrica de aviones en Córdoba;
se modernizó con nuevas unidades la flota de guerra y se instaló la base de
submarinos en Mar del Plata.
Durante la presidencia de Alvear se instalaron las
destilerías de petróleo de La Plata; además, se inició la construcción de los
ministerios de Hacienda, Obras Públicas, Guerra y Marina y el edificio del
Banco de la Nación, en plaza de Mayo. Fue una época de intenso movimiento
inmigratorio: sólo en 1924 llegaron 190.000 inmigrantes; desde 1924 hasta 1929
entraron al país cerca de dos millones de personas de todas las procedencias.
El peso argentino, en mayo de 1927, llegó a cotizarse a la par y en algún momento
superó al dólar americano. Esa prosperidad llevó a la apertura de la Caja de
Conversión, cuyo decreto se firmó el 25 de agosto de 1927, lo cual permitió que
la Argentina gozara de un crédito ilimitado, como lo afirmó la banca
estadounidense Morgan. El establecimiento del patrón oro fue recibido con
beneplácito por todos los sectores de la opinión pública.
En 1924, durante su presidencia, se crea la
fracción “Antipersonalista” de la UCR la que ejercía una franca oposición a la
figura personalista de Yrigoyen a la cual apoyo sin participar directamente.
En 1931 asume como Presidente del Comité Nacional
de la Unión Cívica Radical y tras la muerte de Hipólito Yrigoyén se convierte
en el líder indiscutido del radicalismo hasta su fallecimiento.
Durante los años de la denominada “Década Infame”
fue víctima permanente de persecutoria política siendo encarcelado en la isla
Martín García, y también debió recurrir al exilio en Europa.
En dos oportunidades más fue candidato a Presidente
de la Nación por la UCR, primero en 1931 junto a Adolfo Güemes, pero la
dictadura de Uriburu vetó la formula y la segunda en 1937 junto a Enrique Mosca
en oposición a la fórmula de la Concordancia.
Marcelo T. de Alvear es un ejemplo de un gobernante
eficaz, promotor del progreso económico y la inclusión social.
Alvear fue
protagonista como Presidente de la Nación de uno de los mayores ciclos de
progreso económico de la Argentina.
Fue un demócrata que dejó de lado sus comodidades
para pelear por la libertad, y cuando la dictadura que derrocó a Yrigoyen
cercenaba derechos, se hizo cargo de la UCR para liderar la resistencia
democrática.
Marcelo T. de Alvear es un ejemplo de un gobernante
eficaz, promotor del progreso económico y la inclusión social.
Lejos de conformarse en sus comodidades, abrazó los
ideales de igualdad y libertad del Radicalismo y la lucha por la democracia
hasta el último día de su vida.
Fue sin ninguna duda una persona extraordinaria por
su personalidad, pensamiento y compromiso.
La historia reivindicó la vida y el legado de este
gran Presidente.
Lic. Javier Argolo.