Ante una realidad llena de incertidumbre se eligió un camino de Esperanza -por Javier Argolo- - MUNDO NORTE

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24/11/21

Ante una realidad llena de incertidumbre se eligió un camino de Esperanza -por Javier Argolo-

Nota de Opinión

Las recientes elecciones legislativas nos llevan a realizar distintas reflexiones.

Primero debemos señalar que si bien siempre existen contextos comunes (población, sistema electoral) y segundo que siempre hay elementos que las diferencian y muy especialmente esta elección.

En este sentido podemos señalar que la crisis Política que genera en la alianza oficialista, el gobernar con un poder delegado. La crisis economía producto de malas políticas de un gobierno sin rumbo y por el arrastre de problemas estructurales de la Argentina. Podríamos seguir señalando múltiples aspectos (como la mala gestión de la Pandemia) en distintos niveles que género que estemos frente a una crisis multicausal sin precedentes.

Así mismo también  es necesario  señalar aspectos Macro como el desgaste del paso en el tiempo de problemas crónicos económicos, políticos y sociales sin solución van llevando a lo que en ciencia Política se llama problemas insolubles y hay que prestar especial atención algunas señales incipientes de perdida de legitimidad del sistema Político en la Argentina como lo son que la concurrencia a las urnas está en baja con respecto a las legislativas anteriores o el afianzamiento de fuerzas con discursos extremistas.

Otro dato novedoso es que, si bien hay un impacto significativo en la sociedad de la crisis, en términos generales a diferencia de otras, eligió el camino de la esperanza votando por la coalición opositora que logro un triunfo importante por una diferencia de más de 2.000.000 de votos y venciendo en 13 provincias inclusive en la estratégica provincia de Bs As, lo cual abre para la oposición un camino que no era tan esperanzador a principio de año. En la misma línea debemos señalar otro dato de relevancia y es que desde 1983 el Peronismo unido no había sido derrotado, lo que seguramente llevara a una reflexión dentro de la coalición oficialista.

Ante el impacto de una derrota de una magnitud no esperada, el gobierno reacciono en forma no adecuada, negando la realidad y llamando a un dialogo ficticio y poco creíble a la vez que en el congreso de la nación pretende que, en los próximos días, antes del recambio legislativo que se producirá el 10 de diciembre, en el Congreso de la Nación se convaliden 116 Decretos de Necesidad y Urgencia que incluyen, entre otros temas, ampliaciones presupuestarias, la utilización de los fondos de giro del FMI y la reforma laboral. Todos estos decretos deberían empezar a tratarse este jueves en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo. Evidentemente dicha iniciativa no se condice con una voluntad dialoguista.

El reconocimiento de la victoria del contrincante es la liturgia escénica que rememora una realidad normativa altamente intrincada y rica que sustenta a la democracia. Desde el acuerdo tácito de que no estamos dispuestos a dirimir nuestros conflictos de otra manera que no sea a través del voto hasta los ideales de igualdad, libertad, participación, deliberación, realización, reciprocidad, respeto y tantos otros quedan cristalizados al momento de la elección y la aceptación pública del resultado.

Por ello, la admisión explícita de la derrota ante un adversario político es parte de la Democracia de donde los actores políticos aceptan las reglas de juego. El Frente de Todos ha ido socavando esta ilusión democrática en más de una elección. Y en su lugar ha instalado un discurso de sombras que nos alejan del entramado heterogéneo de valores democráticos rubricado en el proceso electoral y el reconocimiento de la voluntad popular. 

La reciente elección legislativa abre un conjunto de desafíos en vista al 2023 para la fuerza vencedora, como por ejemplo estar a la altura de las expectativas de sus votantes y construir una posible alternativa de poder.

A su vez ser más competitivo para consolidarse como el vehículo de representación de quienes apuestan a una Argentina que tome la senda del crecimiento con inclusión social. Donde el desarrollo económico, para la construcción de una democracia de calidad, en donde mande la transparencia, el respeto por las instituciones y los liderazgos no autoritarios.

Ante todo, el escenario complejo del país es crucial es contar con un sistema político capaz de proveer previsibilidad para abordar los nuevos desafíos que la pospandemia nos impondrá, donde la fortaleza de las instituciones sea una herramienta determinante para explicar el progreso económico.

Ante la desesperanza y la frustración la ciudadanía eligió la esperanza de un cambio de rumbo.

Lic. Javier Argolo

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