En un dramático testimonio, el
secretario general de ADUNSO, Javier Argolo, reveló que un profesor concursado
gana apenas 323 mil pesos, una cifra que empuja a los educadores a abandonar
las aulas. Sostuvo que no falta dinero, sino que existen “decisiones políticas”
para desfinanciar la educación pública.
Redacción de Mundo Norte - En
una entrevista exclusiva con Román Reynoso para el programa Mundo Norte
Magazine de Radio Simphony 91.3, el licenciado Javier Argolo, secretario
general de ADUNSO (Asociación Docente de la Universidad Scalabrini Ortiz),
trazó un panorama desolador sobre la situación que atraviesan los docentes
universitarios, marcada por salarios de indigencia y un desfinanciamiento que
calificó como un plan deliberado para "dejar morir" la educación
pública.
El corazón del conflicto es
brutalmente claro: el salario. "Un docente concursado, que rindió examen,
que está aprobado y registrado en la CONEAU, gana 323.000 pesos", lamentó
Argolo, calificando la cifra de "lastimosa". La situación es aún más
crítica para los que recién empiezan: "Un ayudante de cátedra está por
debajo del índice de pobreza, y hasta de indigencia". Esta asfixia
económica, explicó, está provocando una "migración de los docentes
hacia otros destinos porque necesitan vivir".
Según Argolo, el problema no
es nuevo, pero se ha intensificado drásticamente bajo la actual gestión de
gobierno. "Desde que asumió Milei se tomó una política en particular de
no tener un presupuesto adecuado", afirmó, señalando que se sigue
utilizando el presupuesto de 2023. Si bien una masiva movilización logró la
transferencia de fondos para mantenimiento, denunció que "los fondos
para investigación se cortaron, para lo que es extensión se cortaron, para
obras nuevas también se cortaron".
"No es falta de dinero,
es una decisión política"
El secretario general de
ADUNSO fue contundente al afirmar que la crisis no responde a una falta de
recursos en el país, sino a una deliberada elección de prioridades. "Cuando
se dice que no hay dinero, en realidad lo que hay son decisiones políticas. De
a dónde va y a dónde no va, qué privilegian y qué no", sentenció.
Para ilustrar su punto, Argolo
ofreció un dato revelador: "Solamente la exención impositiva de una
fintech (por Mercado Libre) alcanzaría para pagar a todas las universidades
nacionales argentinas y financiar la investigación". Con esto, subrayó
que se está favoreciendo a "los sectores más ricos" en detrimento de
un pilar fundamental para el desarrollo del país.
Un doble frente: la lucha
salarial y los conflictos locales
A la lucha nacional por el
presupuesto se suma un frente de conflicto local. Argolo informó que el gremio
se reunió con la rectora de la UNSO para solicitar mejoras en las condiciones
laborales, como una sala de profesores. Sin embargo, la concreción de este
pedido se ve frenada por "una cuestión de judicialización" con el
municipio de San Isidro, que paralizó obras de mantenimiento. Según el docente,
el municipio exige a la universidad trámites que la exceden, como el pago de
tasas de todo el predio que pertenece al Estado Nacional y donde operan otras
entidades.
Una agonía lenta: "Si a
una planta no la regás, se seca"
Con una metáfora tan simple
como poderosa, Argolo describió la estrategia que, según él, busca el gobierno:
"Ya que no pudieron cerrarlas, lo que están buscando es asfixiarlas. Esto
es como una planta, si vos no la regás, se seca. Y es lo que está pasando con
la educación argentina".
A pesar del desalentador
escenario, Argolo finalizó con un llamado a la resistencia y a la esperanza,
destacando el valor irremplazable de la universidad pública como motor de
ascenso social. "Hay mucha gente que va a la Universidad Scalabrini
Ortiz que es la primera generación de personas en una familia que van a la
universidad y eso es sumamente valioso. Y eso hay que sostenerlo",
concluyó. La lucha, aseguró, es por "apostar por el futuro de la
Argentina".
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