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20/10/25

Convenios colectivos en Argentina: ¿Anclas en el pasado o trampolín hacia el futuro del empleo?

Cadenas Invisibles: La Lucha de Argentina por Modernizar sus Relaciones Laborales

En un mundo que avanza a la velocidad de la luz, con innovaciones tecnológicas que redefinen a diario el mercado laboral, Argentina parece atrapada en una cápsula del tiempo. La raíz del problema se encuentra en un sistema de negociación colectiva que, lejos de ser un motor de progreso, se ha convertido en un freno para la productividad y la creación de empleo formal.

Un análisis profundo revela una realidad sorprendente: la mayoría de los convenios colectivos que rigen las relaciones laborales en el país datan de las décadas de los '70 y '80. Esta "petrificación" se debe a una figura legal conocida como "ultra-actividad", que prorroga indefinidamente la vigencia de los acuerdos una vez vencidos. Mientras el mundo discutía la llegada de internet, Argentina consolidaba normas laborales que hoy resultan obsoletas.

Esta rigidez contrasta fuertemente con las prácticas de las economías más avanzadas. En países desarrollados, la negociación colectiva es un diálogo dinámico y constante. No se limita a la discusión salarial, sino que abarca temas cruciales como la mejora de la productividad, la incorporación de nuevas tecnologías y la adaptación a las modernas formas de trabajo. En Argentina, salvo contadas excepciones, la conversación se reduce casi exclusivamente al ajuste de sueldos, una discusión cíclica y agotadora impulsada por la alta inflación.

El estudio de la OCDE es lapidario: de 24 países analizados, el 70% no contempla la "ultra-actividad" en su legislación. El resto la limita con plazos definidos o permite su anulación mediante la negociación. La legislación argentina, en este sentido, es una excepción a nivel mundial que obstaculiza la agilidad y la competitividad.

Los expertos señalan que la centralización de las negociaciones en grandes cúpulas sindicales y empresariales deja fuera de juego a un actor fundamental: las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), las mayores generadoras de empleo. Habilitar a las PyMEs a negociar acuerdos adaptados a su realidad, desenganchándose de los convenios sectoriales, podría ser la llave para destrabar la creación de puestos de trabajo formales y genuinos.

La solución no parece requerir una reforma legislativa titánica, sino la voluntad política para aplicar normativas ya existentes, como la Ley PyME, que promueve capítulos específicos para este sector en los convenios. Modernizar el diálogo social no es solo una necesidad económica, es un paso ineludible para construir un futuro laboral más inclusivo y dinámico para todos los argentinos. 

Fuente: IDESA 

Roman Reynoso 2025

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